Si usted es como la mayoría de mujeres, el dolor del parto es una de las cosas que le preocupa de tener un bebé. Es algo completamente comprensible porque, para la mayoría de las mujeres, el parto es doloroso.
A pesar de que es posible dar a luz con relativamente poco dolor, es mejor que se prepare para experimentar dolor tanto durante el período de dilatación como durante el parto propiamente dicho y que planifique algunas estrategias para controlarlo. Mitigar la ansiedad o el miedo al dolor es una de las mejores formas de asegurarse de que podrá afrontarlo y controlarlo cuando llegue el momento.
Dolor durante el período de dilatación y durante el parto propiamente dicho
Los dolores del parto están provocados principalmente por las contracciones de los músculos uterinos y en cierta medida por la presión que ejerce el bebé sobre el cuello del útero. Este dolor se manifiesta en forma de retortijones y espasmos de la zona abdominal, inguinal y dorsal, acompañados de cansancio general y dolores inespecíficos por todo el cuerpo. Algunas mujeres también experimentan dolor en los costados y en los muslos.
Otra causa de los dolores del parto es la presión que ejerce la cabeza del bebé sobre la vejiga y los intestinos, así como la dilatación del canal del parto y del útero.
A pesar de que a menudo se considera el parto como uno de los episodios más dolorosos de la experiencia humana, el dolor varía enormemente de una mujer a otra y de un embarazo a otro. Las mujeres experimentan los dolores del parto de forma diferente –a algunas les recuerdan a espasmos y retortijones menstruales muy intensos; otras experimentan una fuerte presión; y otras oleadas de un dolor extremadamente intenso que les recuerda a los retortijones que acompañan a los episodios de diarrea. Además, las madres primerizas tienden a atribuir al dolor una puntuación superior que las que ya han tenido hijos previamente.
La intensidad de los dolores del parto no siempre es el factor determinante que hace a las parturientas pedir que les administren fármacos para aliviar el dolor –a menudo lo es el carácter repetitivo de las contracciones y la duración del dolor en cada contracción.
Prepárese para el dolor
Hay diversas formas de reducir el dolor durante el parto, algunas de las cuales puede empezarlas a practicar antes de quedarse embarazada o durante el embarazo.
Hacer ejercicio físico regularmente y de forma razonable (a menos que su médico se lo desaconseje) puede ayudarle a fortalecer la musculatura y a preparar a su cuerpo para el esfuerzo del parto. El ejercicio también incrementa la resistencia, lo que es de gran ayuda en los partos largos. Lo más importante a tener en cuenta a la hora de practicar cualquier ejercicio es no propasarse –lo que es especialmente importante durante el embarazo. Pregúntele al profesional de la salud que supervise su embarazo que le recomiende un programa de ejercicios adecuado y seguro, teniendo en cuenta que está embarazada y su estado físico previo al embarazo.
Si usted y su pareja van a clases de preparación para el parto, aprenderán diferentes técnicas para controlar el dolor, desde técnicas de visualización hasta ejercicios diseñados para fortalecer los músculos que sostienen el útero. Las dos filosofías de preparación para el parto que más se siguen en EE.UU. son la técnica Lamaze y el método Bradley.
La técnica Lamaze es el método más utilizado en EE.UU. La filosofía Lamaze postula que el parto es un proceso normal, natural y saludable y que se debe animar a las mujeres a afrontarlo con confianza. En las clases de Lamaze se instruye a las mujeres sobre formas de disminuir la percepción del dolor, como las técnicas de relajación, la respiración profunda, la distracción o los masajes del acompañante. Este enfoque adopta una postura neutra en lo que se refiere a la medicación para controlar el dolor, incitando a las mujeres a tomar una decisión informada sobre qué es mejo para ellas.
El método Bradley (también conocido como parto asistido por el padre) enfatiza el enfoque natural del parto y la participación activa del padre del bebé como ayudante. Una de las principales metas de este método consiste en evitar la medicación a menos que sea absolutamente necesaria. El método Bradley también hace hincapié en la alimentación sana y equilibrada, la práctica del ejercicio físico durante el embarazo y las técnicas de relajación y respiración profunda como formas de afrontar el dolor. A pesar de que el método Bradley defiende una experiencia del parto exenta de medicación, en las clases también se prepara a los padres para posibles complicaciones o situaciones inesperadas, como una cesárea de emergencia.
Otras formas de controlar los dolores del parto durante el período de dilatación incluyen:
- hipnosis
- yoga
- meditación
- andar
- masaje o contrapresión
- cambio de postura
- darse un baño o una ducha
- distraerse contando o realizando una actividad que le mantenga la mente ocupada en otra cosa.
Medicamentos para aliviar el dolor
Hay distintos tipos de medicamentos que potencialmente se pueden utilizar durante el período de dilatación y el parto propiamente dicho, dependiendo de la situación. Hable con el profesional de la salud que supervise su embarazo sobre los riesgos y beneficios de cada uno de ellos.
Analgésicos. Se pueden administrar analgésicos, incluyendo la meperidina, un fármaco de uso habitual, por vía intravenosa o mediante inyección repetida en caso necesario. Estos medicamentos no suelen alargar el parto ni interferir con las contracciones, pero pueden provocar efectos secundarios en la madre, incluyendo somnolencia y náuseas. Los analgésicos se pueden administrar cuando ya están avanzadas las contracciones pero varias horas antes de cuando se espera que nazca el bebé.
Los analgésicos administrados por vía intravenosa no suelen plantear problemas para la madre, pero, por esta vía, la medicación también le llega al bebé. El efecto sobre el bebé dependerá de la cantidad de fármaco administrado y de lo cerca del nacimiento que se administre – algunos bebés nacen con síntomas de somnolencia. Y algunas mujeres informan de que la somnolencia y las náuseas que les provocan los analgésicos les hace sentirse menos capaces de afrontar las contracciones. Hable con el profesional de la salud que supervise su embarazo sobre las ventajas y los inconvenientes de los analgésicos durante el parto.
Tranquilizantes. Estos fármacos no alivian el dolor, pero pueden ayudar a calmar y relajar a una mujer muy ansiosa. A veces se administran junto con los analgésicos. Se pueden administrar cuando ya se ha iniciado el período de dilatación, pero pueden utilizarse incluso antes en las mujeres extremadamente ansiosas. De nuevo, las reacciones a estos fármacos varían -algunas mujeres experimentan una pérdida del control que les resulta desconcertante, mientras que otras no. Los riesgos para la madre y para el bebé son mínimos pero, de todos modos, usted debería consultar sobre su uso al profesional de la salud que supervise su embarazo.
Anestesia regional. Éste es el tipo de anestesia en que piensan la mayoría de las mujeres cuando se plantean la posibilidad de medicarse para aliviar el dolor durante el parto. Este tipo de anestesia elimina las sensaciones en zonas específicas del cuerpo y se puede utilizar tanto en el parto vaginal como en el parto por cesárea.
La anestesia epidural es un tipo de anestesia regional que proporciona un alivio continuo del dolor en toda la parta inferior del cuerpo que hay por debajo del ombligo, incluyendo las paredes vaginales, durante todo el proceso del parto. En la anestesia epidural el anestesiólogo administra el fármaco a través de un catéter fino en forma de tubo que se inserta en la zona lumbar (en el mismo lugar donde se realizan las punciones lumbares). La cantidad de anestesia se puede regular en función de las necesidades de la mujer. Parte de la medicación le llega al bebé, pero se trata de una cantidad mucho menor de la que le llegaría por vía intravenosa o mediante anestesia general (que también llega al bebé, además de a la madre, y se utiliza casi exclusivamente en embarazos quirúrgicos de emergencia). La anestesia epidural se suele administrar cuando la mujer ha entrado en el parto activo.
La anestesia epidural tiene algunos inconvenientes –puede dificultar los pujos para expulsar el bebé y puede propiciar una bajada de la tensión arterial. Los riesgos para el bebé son mínimos, pero incluyen el posible sufrimiento fetal provocado por la bajada de la tensión arterial materna.
Parto natural
Algunas mujeres eligen dar a luz sin utilizar ningún tipo de medicación y controlando el dolor mediante técnicas de relajación y respiración profunda. Si a usted le gustaría vivir la experiencia del parto sin que le administren medicación, exponga sus deseos al profesional de la salud que supervise su embarazo.
He aquí algunos puntos a considerar cuando se plantee cómo controlar el dolor durante el embarazo:
- Los fármacos alivian parte del dolor, pero lo más probable es que no lo eviten completamente.
- El parto suele doler más de lo anticipado. Algunas mujeres que en un principio decían que no querían recibir ningún tipo de medicación contra el dolor acaban cambiando de opinión cuando se ponen de parto.
- Los medicamentos para controlar el dolor que se administran durante el parto pueden repercutir sobre éste –pueden provocar bajadas de la tensión arterial, pueden alargar o acortar la duración del parto, pueden provocar náuseas, y algunas mujeres experimentan una sensación de confusión y falta de control.
- Los medicamentos para controlar el dolor que se administran durante el parto pueden repercutir sobre el bebé –si se administran poco antes del nacimiento del bebé, éste puede nacer adormilado o tener dificultades para respirar.
- Si acaba siendo necesario practicarle una cesárea, le administrarán anestesia local o general. La anestesia general se administra en cesáreas de emergencia cuando la madre y/o el bebé desarrollan algún trastorno que podría poner en peligro sus vidas.
Hable con el profesional de la salud que supervisa su embarazo
Conviene que repase las distintas opciones para controlar el dolor con la persona que va a asistir su parto. Entérese de los métodos disponibles, lo eficaces que son y cuándo es desaconsejable utilizar determinados medicamentos.
Si usted desea utilizar métodos de control del dolor distintos de la medicación, asegúrese de que la persona que va atender su parto y el personal hospitalario (si es que da a luz en un hospital) están convenientemente informados. También puede plantearse la posibilidad de dejar escrito un plan de nacimiento, donde explicite sus preferencias.
Recuerde, también, que muchas mujeres toman decisiones sobre cómo controlar el dolor durante el parto que acaban abandonando –a menudo por un buen motivo- en el último momento. Intente no confundir su capacidad para soportar el dolor durante el parto con su valía como madre. Lo mejor es que se informe bien sobre todas las opciones disponibles para controlar el dolor durante el parto, se decante por la que sea más adecuada para usted y luego sea flexible con la decisión tomada.
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