martes, 2 de octubre de 2007
Parto en el agua.
¿Por qué parto en agua?
Desde que supe de esta posibilidad me llamó al atención. Esto fue antes de que estuviera embarazada, pero la verdad es que nunca pensé que así sería mi parto. Sabía que era en agua tibia, sin anestesia sin anestesia y que eso ayudaba a relajar, además de que el bebé al salir pasaba de un líquido a otro y de alguna forma era menos traumática su llegada al mundo. Otra cosa que me agradó es que con este método todo es de forma natural, se usa lo menos posible de medicamentos y en cuanto sale el bebé te lo entregan para que lo cargues, además el papá corta el cordón y es un gran apoyo porque puede estar en el mismo lugar que uno (la tina) sirviendo de respaldo emocional y físico. El hecho de estar en el mismo espacio los dos, listos para recibir a un bebé creo que es lo que más me gustó cuando investigué acerca del parto en agua.
Desde un principio pensé en esta opción y mientras más investigaba más me convencía de que era lo mejor para los tres. También había leído que gracias a que uno está más relajada en el agua, la incidencia de desgarres, y por lo tanto de episiotomías, disminuía considerablemente, y pues a quién no le aterra pensar en suturas y esas cosas, solo de imaginar que tardaría más de veinte días con puntos y que tendría que ir después a que me los sacaran ya me ponía nerviosa.
Creo que vi demasiadas ventajas en comparación a un parto en quirófano, además cabe recordar que los hospitales me provocan cierto estado de ánimo que no es conveniente para tener un hijo ya que a los 7 años tuve dos experiencias que de alguna forma me dejaron un feo recuerdo, las luces sin regular, el olor a medicamentos, el traje azul, las camillas, los sueros, las enfermeras tan ensimismadas y poco empáticas, en fin, creo que son suficientes razones.
¿Cómo fue tu parto en agua?
Fue como lo había imaginado. Llegaron las contracciones y nos fuimos al hospital. Subí las escaleras acompañada de mi novio y ya estaba esperándome ahí mi instructora. Luego pasamos a un cuarto en donde me quité la ropa y me puse la bata del hospital, ahí fue cuando noté que el tapón mucoso comenzaba a salir, esto es un líquido rosa, señal de que ya es trabajo de parto.
Es cierto, el dolor se intensificaba, era una especie de presión en el vientre. El doctor llegó, me checó, me dijo que ya tenía 7 cms. de dilatación, momento para pasar ya a la sala LPR (labor, parto y recuperación) ahí me aconsejó darme un baño con agua caliente, mi novio y yo entramos a la regadera (es un decir, la verdad es que él estaba afuerita pero a lado mío), momentos antes se me había roto ya la fuente, creo que ese fue el instante en el que más nerviosa estuve porque la sensación es de que no puedes controlar nada, intenso, crees que se va a salir el bebé también, pero no es así, de modo que cuando entré a la bañera disminuyó mucho la tensión, no sé cuánto tiempo estuve con el chorro de agua hirviendo sobre mi espalda.
Al salir, hubo un punto en el que sentí que no iba a poder con un dolor más fuerte así que pedí anestesia pero el doctor me dijo que para la dilatación que tenía ya no iba a haber dolores más fuertes. Y fue cierto. En seguida comencé a sentir ganas de pujar y fue cuando nos metimos a la tina, mi novio estaba detrás de mi sosteniéndome por la cadera, de manera que yo pudiera recaragarme en su espalda y “flotar” en el agua.
Poco a poco comencé a pujar y así fue como la cabeza de Sara pudo verse, el doctor dijo mira, toca, esa es su cabeza (era muy suave), a partir de ahí todo fue pujar y hacer esfuerzo. Ya no sentía dolor, solo ganas de seguir pujando y de pronto, cuando más esfuerzo hice, ya estaba Ella afuera y comenzó a llorar... Entonces me la entregaron, la cargué pero no podía decirle gran cosa por más que me decían que le hablara, no sabía cómo hacerlo ni podía pensar en nada tampoco. Mi novio cortó el cordón, se la llevaron para hacerle su examen en lo que yo salía de la tina.
Luego me senté en una silla reclinable para que sacaran la placenta y vieran si no necesitaba suturas. En lo que el doctor lo hacía me dieron de nuevo a Sara Sofía para que la amamantara. El doctor dijo que no había habido desgarres y sólo necesité un punto de sutura que ni siquiera sentí porque estaba demasiado entretenida conociendo a mi hija (no hubo limpieza de cavidad, ya no es necesaria).
Finalmente me pasaron a la camilla y me dieron a mi bebé que durmió toda la noche mientras que nosotros prácticamente no dormimos por estar platicando toda la madrugada. 12 horas después de nuestra llegada nos fuimos. El parto duró menos de dos horas y estuvo muy bien.
–Clau–
Extraido de: http://kinestesia.blogspot.com/2005/05/parto-en-agua-esta-vez-desde-claudia.html
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